INCENDIOS


El fenómeno de los incendios forestales se ha convertido en uno de los mayores problemas ecológicos que sufren nuestros montes debido a la elevada frecuencia e intensidad que ha adquirido en las últimas décadas.


El fuego es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje. Especialmente en los ambientes mediterráneos debemos admitir que el fuego es un incómodo compañero de viaje con el que hay que convivir.  Precisamente, gran parte de nuestra vegetación está adaptada a la acción del fuego, con estrategias rebrotadoras o de germinación tras el incendio.


Pero la actual situación no tiene nada que ver con fenómenos naturales. La intensidad y recurrencia de los incendios forestales está teniendo efectos dramáticos sobre nuestro suelo, con efectos irreversibles en algunos casos. El fuego reiterado provoca una merma en la capacidad de la vegetación para recolonizar el terreno o tapizar el suelo. Las elevadas pendientes aumentan además la erosión generando suelos cada vez menos productivos. Avenidas, inundaciones, colmatación de embalses y desertificación son consecuencia del paso repetido del fuego por nuestros ecosistemas.


En lo que llevamos de siglo XXI la tendencia se mantiene y así, en 2004, y según datos del Ministerio de Medio Ambiente, los conatos de incendio (incendios de menos de 1 hectárea) fueron 14.109 y como incendios mayores se contabilizaron 7.267. Ardieron 56.147 hectáreas de superficie arbolada y 72.856 de superficie forestal no arbolada (matorral, monte bajo y herbácea). A la vista de estos datos es necesario recordar que el 95% de estos incendios son originados por la actividad del ser humano.

PREGUNTAS:

  1.             Según el texto, ¿qué es el fuego?

26              ¿Cómo ha cambiado hoy en día la situación en cuanto a los incendios forestales?